sábado, 1 de septiembre de 2007

Fútbol y periodistas: Una relación judicializada


Hace pocos días, se conoció la solicitud de prisión para el colega Carlos del Frade, por parte del Presidente del Club Newell's Old Boys, Sr. Eduardo López, en una causa judicial derivada de las investigaciones realizadas para dilucidar los oscuros negocios de este dirigente, cuyas raíces son profundas en la ciudad de Rosario.Mientras las barras bravas continúan siendo las fuerzas de choque del justicialismo y de los sindicatos, junto con el manejo de los negocios de la reventa de entradas, de los cuidacoches y de otros que constituyen delitos de acuerdo al Código Penal, la pasión de multitudes se va muriendo gracias a la ineptitud estatal (o aptitud para garantizar la impunidad de estos personajes) y a una dirigencia que prefiere seguir conciliando antes que tomar el toro por las astas.


Aquí ha entrado la censura judicial de la mano de un dirigente que supo expulsar de las cabinas del estadio leproso a todas las emisoras que no le pagaran un canon para transmitir, que supo estar en los negocios sucios que se vienen denunciando desde hace tiempo por varios allegados al fútbol. Nuevamente, el derecho a la información es amenazado de muerte para garantizar la impunidad dirigencial que no solamente se ciñe a una institución con prosapia, al igual que su clásico rival, Rosario Central, sino que abarca a la mayoría de los dirigentes que hoy están en las Comisiones Directivas de todos los clubes del fútbol argentino.Se conocen los lazos entre dirigentes y barras; las diferentes policías, Federal y provinciales, también los conocen de sobra mientras las familias se siguen alejando del deporte más popular de la Argentina y la clase política, que también recurre a los servicios de estos personajes que mal adornan al folklore del fútbol, mira de costado y solamente atina a acotar la cantidad de público visitante en lugar de encerrarlos en una jaula, como les corresponde a los delincuentes natos.


La represión también ha llegado al fútbol. De la mano de operativos armados para que existan enfrentamientos, con la finalidad de incrementar la cantidad de efectivos y por ende, el pago de servicios adicionales por parte de los clubes locales a la criminalización de aquellos que osan alzar su voz para denunciar una realidad candente, nos encontramos con otra faceta represiva en forma sustantiva.


Hoy es Carlos Del Frade, mañana ¿quién será?. Ayer, fueron los Borrachos del Tablón, mañana ¿quiénes serán?. Preguntas y más preguntas nos interpelan acerca de la realidad futbolística de la Argentina, con dirigentes envueltos en hechos de corrupción que están aliados con sus fuerzas de choque que utilizan para ganar elecciones en sus instituciones.Fútbol, periodistas e hinchas están en un dilema: el fútbol, ¿es un deporte popular o lo es para hacer buenos negocios, dentro o fuera de la ley?. Mientras tanto la represión judicial sigue caminando libremente, al igual que la policial en los estadios y en las protestas sociales.Judicialización del fútbol, del periodismo, de la protesta... Lo represivo goza de demasiada buena salud, pero es hora de continuar denunciando la impunidad y la corrupción imperante para que vuelvan las familias y para que jugadores e hinchas puedan seguir disfrutando del placer de ver rodar un balón en cualquier cancha argentina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cansado del autoritarismo y del sr eduardo lopez y sus matones en el palco con sus amiguitos que te miran mal sobre todo el colorado gordo ese "federico corsare" y el de pelo largo "cristian fontana" seguramente parte de la mafia rosarina y responsables de que el club del cual era vitalicio ya no exista